El baile del Sol
El sol cae desde Salento.
Tras un paseo entre las palmeras del Cocora
-palmeras de cera cual enjambres de dulces abejas-;
tras pasar por la arquitectura colonial del pueblo;
tras vislumbrar sus artesanías campestres;
tras las interminables escaleras al trote;
nos encontramos ante el astro madre,
frente a frente.
Unos artesanos guitarra en mano engalanan el ambiente.
El espíritu del atardecer nos abraza suavemente.
Los tonos palpitantes, cambiantes del sol,
despiertan junto con las aves
cándidas brisas en el corazón.
Respuesta
Con el alma cansado y en pena,
tras abandonar de nuevo mi hogar,
cabalgo solo en la selva
y cojo fuerzas después de llorar.
Bellos recuerdos evocan nostalgia
en un presente ensombrecido
por el extremo lleno de magia
que contrasta con mi hogar querido.
Pero Él responde enseguida
a un llamado con sufrimiento,
urgente porque peligra la vida;
y de nuevo suena:
¡Enseñemos libres como el viento!
Encuentro conmigo mismo
El encuentro con el yo interno;
la mística experiencia socrática;
abstraerse del mundo contingente;
mirar el futuro
y el pasado,
siempre como un presente;
ahí me encuentro con mi verdadero yo.
Crepúsculo estival en Donosti
Donosti estival,
alegras todas las facciones.
Triste es el crepúsculo,
mas es alegre en tus cantones.
La isla,
Igueldo,
el mar y Dios,
todos se deleitan
al ponerse en ti el sol.