I. Introducción.
El Concepto de Seguridad Colectiva encarna el sueño de los filósofos del Siglo de las luces que deseaban terminar de una vez por todas con los conflictos y manejos de dirigentes poco escrupulosos, cuyas ambiciones no se correspondían en nada con el bienestar de sus gobernados. Los debates sobre la paz perpetua, que adquieren su apogeo durante el siglo XVIII, son una buena muestra de esto. Las Naciones Unidas son la cristalización de ese sueño que pretendía reemplazar un sistema de equilibrio de potencias por un régimen sustentable de Seguridad Colectiva. Las ideas de progreso, de libertad y de felicidad también empañan esta concepción teórica. El Concepto se convirtió en Realidad gracias al impulso del entonces presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson y la constitución de la Sociedad de Naciones tras la primera Guerra Mundial y, más tarde, a la constitución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La noción de seguridad colectiva, como fue concebida en un inicio, encierra la idea según la cual la agresión de un país a otro equivale a una agresión contra todos los países, y estos últimos tienen el deber de oponerse a la agresión. El concepto de seguridad colectiva viene a ser un contrato entre Estados que aspira a mantener la estabilidad y la paz, mientras que el sistema de equilibrio que le precedía era (y es) un mecanismo que trataba de mantener el status quo, si es necesario recurriendo a la guerra para mantener el equilibrio geopolítico. El sistema de equilibrio de potencias, asociado a lo que denominan algunos la “realpolitik”, consideraba (y considera) que la guerra es un elemento ineludible de la relación entre Estados.
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