Guajira, Guajira…
¡Guajira, Guajira, tierra amada mía!
En un lugar lejano
donde tan bello se pone el sol,
descansa un hermoso desierto
que evoca admiración.
El crepúsculo cobra vida
tras la ventana de un camión.
Es un fuego incombustible.
Es el astro madre, el sol.
Gracias
Infinitamente agradecido elevo mi voz.
Qué delicia servir al Amado,
de almas indígenas puras rodeado,
en un pueblo gentil muy amado.
Liberado del ego quiero entregarme
a una batalla sin precedente
que conquiste a toda la gente
embriagando a todas las mentes.
Prepara, mi Dios, los corazones
y dame humildad por montones
para convertirme en una fiera
que atraiga a millones.
Brisas frescas
El viento acaricia las hojas,
las mece con un movimiento arrullador
mientras las últimas espigas de luz del atardecer
dibujan sombras de montañas, valles y casas.
Qué felicidad la que siento al contemplar este paraje,
un paisaje de tono espiritual.
Las lámparas de Chipre se encienden
cargando aún más el momento de magia y majestad.
Los sentimientos más nobles brotan desde el alma
al ser estimulada por este ambiente material.
Las nubes del firmamento, todavía coloradas,
se enredan armoniosamente en figuras sin par.
¡Ya Bahá’u’l-Abhá! Grita mi cuerpo
Mi ser sólo ansía llorar,
fundirse en el infinito y el tiempo
sintiendo únicamente la dulzura de amar.
Al conectarme con el universo el rocío besa mis ojos.
Qué grande es Él.
Qué pequeño soy yo.
Al estar con Él me siento feliz.
Al estar con Él puedo morir.
Si no es para Él, no quiero vivir.
En este mundo…
lo único es servir.
Despertares
Con el despertar de las aves
y la brisa de la montaña;
con el rocío matutino
y los rayos suavizantes,
enfrente de la montaña
levantamos nuestro canto.
Este canto no es del Este ni del Oeste;
no es del Norte ni del Sur;
es del Reino de lo Alto y
penetra el corazón.
Las nubes acarician los picos.
Los árboles revisten los montes.
El sol embelesa las plantas
y Dios abraza al hombre.
Qué belleza, alegría y bendición
que en un día como éste
al lado de Key e Eilenis
despertemos alabando al Creador.
Penetra, por favor, mi alma
con Tu poder espiritual
y créame así de nuevo
para en Tu Causa navegar.