Esta obra colectiva es la segunda de una serie de publicaciones relacionadas con la búsqueda modelos más efectivos de gobernanza, dentro del contexto de una sociedad en transformación, que la Oficina de Asuntos Públicos de la comunidad bahá’í de España está coordinando. Su inspiración fue un congreso organizado por diferentes entidades, públicas y privadas, celebrado durante los días 18 y 19 de febrero de 2015 en el Palau Robert de Barcelona. En aquella ocasión se convocó a un elenco de personalidades procedentes de diferentes ámbitos —la universidad, la política, la sociedad civil, centros de investigación, la esfera religiosa— para que, poniendo el foco en la religión, pudieran identificar buenas prácticas transferibles a la política. En otras palabras, se pretendía analizar la contribución de la religión al progreso social en general y a los procesos y estructuras de gobernanza en particular. Sin embargo, para lograrlo, también era pertinente analizar el marco jurídico y sociológico dentro del que se insertan tanto la religión como los procesos y estructuras de gobernanza, así como los cambios de la sociedad en términos de religiosidad. Debido al interés que generó el congreso y a las conclusiones esperanzadoras que suscitó, se invitó a los ponentes a preparar artículos para una publicación que registrara la conversación desarrollada durante esos días. Este libro, por tanto, se podría considerar uno de los frutos iniciales de ese Congreso. Es menester señalar que no todos los autores participaron en el Congreso, ya que también se ha invitado a algún experto a sumarse a esta contribución colectiva.
Debido a las predicciones no cumplidas de la teoría de la secularización —que planteaba, desde Max Weber, que la religión iría desapareciendo a medida que las sociedades se modernizaran— y a los planteamientos normativos que, incluso concediéndoles un espacio a las religiones, las relegan al ámbito de lo privado y lo subjetivo, en el debate y en la política contemporánea no se ha prestado demasiada atención a la función social y pública del fenómeno religioso; un fenómeno que ha estado presente en la sociedad desde sus orígenes. Mucho menos, al menos en Occidente, se mira hacia la religión en búsqueda de prácticas transferibles a la política. Sin embargo, tal como se hizo explícito en el primer libro de la colección La gobernanza y sus enfoques, si se pretende dar respuesta efectiva a los desafíos del siglo XXI, no se puede excluir del debate a ningún actor. La religión, además, tiene la posibilidad legitimarse hoy día como actor demostrando que puede también contribuir a la configuración de un orden internacional basado en la unidad y la reciprocidad, la justicia social, la sostenibilidad, la participación universal y la convivencia pacífica.
En cuanto a los contenidos específicos del libro, los artículos se organizan alrededor de bloques temáticos. Los primeros suponen el marco general. Este marco viene dado en clave de dos grandes conceptos, el de la gobernanza y el de la religión. Qué se quiere decir por gobernanza está bien registrado en el primer libro de la serie al que se ha hecho referencia, por lo que se ha omitido en este trabajo. Sin embargo, merece la pena recordar lo que significa la noción de gobernanza, para fortalecer la constitución de un lenguaje común. La gobernanza, por un lado, constata una crisis y una transformación profunda en la sociedad que hace que los instrumentos políticos que pretendían gobernarla se hayan quedado obsoletos. Por otro lado, la gobernanza indica un nuevo modo de gobernar, en el que el gobierno se convierte en configurador de espacios para que los actores sociales colaboren en la búsqueda de soluciones a sus problemas. El otro artículo marco analiza el papel que la religión ha jugado en la historia de la civilización. Se hace una diferenciación entre el mensaje esencial de las religiones, que promueve la unidad esencial de los seres humanos y que como tal inspira órdenes sociales justos y progresistas, y las desviaciones e interpretaciones interesadas que se hacen para legitimar un orden que beneficia a ciertos grupos con privilegios.